
Cuando los hube rebasado, una voz, no sabría decir si de la chica o su acompañante, llamó a los demás. Ambas posibilidades me produjeron una inquietud indecible.
El Grito. Óleo, temple y pastel sobre carton, por Edward Munch (1893).
<<...no han podido reconfortar este cadáver embrutecido por el que no corre sangre, sino agua del Leteo.>> Baudelaire, Las flores del mal.
1 comentario:
Hala! ¡Para que comentéis!:P
Druida, intenté poner un cuadro de Thomas Cole, pero no encontré ninguno que me convenciera para colocarlo con un texto...
Publicar un comentario