sábado, 7 de junio de 2008

Olvidé cómo pensar

A veces pienso tanto en ti que creo que olvidaré mi nombre.

Me decía una amiga que, cuando los hombres nos sentimos atraídos por una persona, pensamos con nuestro segundo órgano más preciado. He acabado por llegar a la conclusión de que no puede ser cierto. Estoy de acuerdo en que con la cabeza no pensamos, eso seguro, porque contigo no soy capaz de empalmar palabras para formar una frase coherente siquiera, ni tampoco consigo agarrar un comentario ingenioso para regalarte.

Creo que podemos pensar con las rodillas. Eso explicaría por qué me tambaleo con un ritmo indescifrable y sinuoso al mirarte a los ojos. Me tiemblan como las máquinas antiguas a las que se acumula el trabajo y se les atasca el papel impreso, o se calientan en exceso [Puede que sea eso].

Incluso es posible que al tratar de razonar rápido, y así reaccionar, solo lleguemos a las manos (ojalá, diréis) y con ellas pensemos. Es posible, porque me ocurre lo mismo que con las rodillas, además de parecerme que mis muñecas y dedos son de otra persona… Una muy borracha o pretendiendo desintoxicarse o reintoxicarse.

A veces pienso tanto en ti que creo que olvidaré mi nombre. Y espero que así sea si me sirve para expresarte claramente esto, todo.

5 comentarios:

Loren dijo...

Me ha encantado este texto.
Todo lo que cuentas lo he experimentado. Los textos que hablan sobre cosas que sentimos o hemos sentido llegan todavía mucho más.

Un fuerte abrazo.
P.D. Menos mal que actualizas!!

Iñigo dijo...

Tio eres un romantico madre mia las tienes locas. Weno ke me a encantao que actualizaras y aver si ocurre más a menudo ke escribes bien.

Engas xato, asta el viernes.

Anita dijo...

Me ha llegado, principito. Muy visual, parece que podía tocar la imagen que me describían tus palabras (aunque no he podido retener una sonrisa con lo de las rodillas!)

Un beso muy grande!!

Jesús V.S. dijo...

Me ha gustado mucho este texto, como dice Loren: los textos que hablan de nuestras experiencias nos llegan más. Este a mi me ha gustado especialmente.

Un abrazo, Txetxu.

Anónimo dijo...

tio, ya lo han dixo todos, has dao en el clavo. Las sensaciones son las q mandan. Eso sí, cuando intentas poner orden con la cabeza, creo q suele meterse la pata, tanto para buscar un comentario ingenioso, como para expresar tus sentimientos hacia alguien, como para acabar idealizando a alguien. El cuerpo sabe comunicar mejor los sentimientos q uno mismo.