lunes, 16 de junio de 2008

Homenaje

En 2003, aquél que fuera en mi más tierna infancia el gran guardián de mis pueriles sueños, el más insigne paladín de mi bienestar, fue obsequiado por SSMM Melchor, Gaspar y Baltasar con el más cálido, gélido y agridulce de los presentes: la paz. Tras haber sido asaltado por el cruel cangrejo varios meses atrás, el cual había atenazado cada vez más fuerte sus entrañas hasta hacerlo parecer un belicoso y valiente saco de huesos, pudo presentar ante su rey espada y escudo y partir con Caronte, en una travesía libre de óvolos, obviando el itinerario por Leteo y yendo directamente a un lugar que le confería una perspectiva espléndida para blandir otro tipo de armas, mucho más propias de palomas que de cuervos, por la felicidad de mis hermanos y la mía.

6 comentarios:

Anita dijo...

Debe ser que si te resulta fácil hacerme llorar.
Ya te di mi opinión sobre este texto.

Un beso muy muy grande, principito!

Anónimo dijo...

Eres increíble escribiendo, Nachito!

Jesús V.S. dijo...

Este texto me ha parecido sencillamente estremecedor. Me llegó un montón.

Un abrazo compañero.

Loren dijo...

Ya te dije que me había encantado.
Pasa un verano de puta madre. Nos vemos a la vuelta.

Un fuerte abrazo

Dibujante dijo...

He llegado al final del texto con dos golpes a la vez: el de entenderlo y el de sentirlo en el corazón.
Un abrazo muy fuerte!!

Juan Jesús Hortal dijo...

Me sigue estremeciendo como la primera que lo leí. Viva la madre que te parió!....Yo