martes, 10 de junio de 2008

COBARDE

Soy un cobarde, ¿verdad?

Sí, eso creo.

¿Cómo si no, habiendo visto frente a mí a la Luz Bella ofreciéndome el carnoso pecado, no he sido capaz de alargar la mano y acariciarlo?

¿Acaso tuve miedo de lo que pudiera pensar Aquél que vive en la Casa de Todos?

¿De lo que pudiera decir?

¿Hacer?

¿Es que olvidé que Ése ya murió hace tiempo?

¿No había creído siempre que los que consideraban malos los pecados lo hacían guiados por la envidia y el desconocimiento del que nunca ha probado?

No fue ése el problema, cierto. Sí lo deseé y, ¿por qué no lo tomé cuando me era ofrecido?

Su rostro iluminado e iluminador tan cerca, mover la mano, buscar su gesto, abrir el alma y, al fin, notar la parálisis y caer en desgracia y autorreproche. Y solo desear que a la Oportunidad no la pinten más calva y le crezca el pelo en la nuca.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

descifro una metáfora para encontrarme con otra...es un juego de pistas para el que he tenido que necesitar tu ayuda y aun así me ha costado desenredar el texto pero sin duda lo merece!
espero que los demás sean más espabilados...
fdo,
la del mercado (jajaja)

Anita dijo...

Yo sigo dándole vueltas...

No le encuentro más explicación de la que te dije ayer... Supongo que es lo que tienen los amores imposibles...

Pero me gusta... Me gusta como me encanta la maravillosa obra del absurdo "Esperando a Godot".

Un beso, principito!

Anónimo dijo...

pues naxete, el tiempo q se va no vuelve, asi q no dudes tanto ni te pierdas dando vueltas a las cosas, o adelante o atras xo haz caso a tu instinto