jueves, 28 de junio de 2012

Bruma de noche cálida

He salido a la terraza y muchos escalofríos. Esta noche de principios del verano es sofocante, pero en la terraza del ático del quinto piso corre el aire.

El cielo está de un turbio naranja rosado o de un difuso rosa anaranjado. Distingo entre brumas las luces rojas que coronan un rascacielos y la Luna está tan baja que parece formar parte fija del skyline. Si me tumbo en la cama puedo ver una buena porción de cielo, pero solo de la región más oscura. Y de la Luna ni hablamos.

Apoyado ahora en la barandilla miro al suelo allá abajo y me preocupa darme cuenta de cuántas posibilidades hay de que se malinterpretara un accidente. Sobre todo por Ella. A veces se me acusa de describir escenarios demasiado tenebrosos. No creo que Ella cargue muchas de esas posibilidades, pero son justo ésas las que más me preocupan. Soy capaz de imaginar el último pensamiento que llegaría a mi mente antes de reventarme contra el suelo: "Por qué cojones lo he hecho". Supongo que no hallaría respuesta a tiempo. Instintivamente doy un paso atrás, temiendo un repentino golpe de viento o un impulso psicótico.

Cuando vuelvo a mirar arriba las brumas se hacen más densas y la Luna se cubre con un velo. Y ya no está tan fija y se va ocultando, poco a poco, tras los tejados. No la volveré a ver esta noche.

martes, 12 de junio de 2012

Sobre Roma y tantas cosas

La impresión que deja Roma es la de ser una ciudad majestuosa, que se ha enredado con los bordes del vestido al bajar una larga escalinata de piedra desgastada y ha caído de bruces en medio de los que, desde abajo, la adoraban. Tras el descalabro casi se ha visto obligada a complacer a aquéllos, y no se ha atrevido a no convertirse en una parodia de sí misma. Le ha faltado dignidad y orgullo. Ha leído la prensa y la literatura extranjera a las que no les importaba ser injustos y se ha creído todos los tópicos, y los ha asumido, se ha hundido y ya no sabe cómo volver a la cumbre. Al Imperio. Se la ve falta de andares, de gestos y sonrisas brillantes, de una carcajada oportuna e inteligente y de unos ojos que la volvieran a hacer sentir atractiva, que despertaran su altivez y su grandiosidad. Que sacaran su lado presumido. Hasta que entre las Cuatro Fuentes con un vestido rosa pálido, tacones con sandalias plateadas, casi romanas, y destellos dorados apareciste tú. Y allí, el cambio de rasante.

lunes, 11 de junio de 2012

Creep

Cuando aceptes dejar de correr detrás de un destino incierto quizá consiga alcanzarte yo, que voy caminando sin saber a dónde pero disfrutando del trayecto.

lunes, 4 de junio de 2012

Lee y dime

Lee las cosas que te escribo y dime que no ardes por dentro, que no buscas desesperadamente el aire que empieza a faltar en tus pulmones, que no imaginas mis labios recitándote al oído.

Lee los versos que me inspiras y dime que no me sientes morir por no poder morirme en ti, por que tú me mates y nada más que el tiempo que consumimos.

Lee mi alma y dime que no ves la tuya, la nuestra. Por mucho que duela. Por mucho que cueste.

Lee mi vida y dime que no quieres escribirla de tu puño y letra. Aunque te dé miedo.